El Viaje del Pez: Relato corto.

Érase una vez, en el vasto y azul océano, un pez de espíritu inquieto y alma aventurera que ansiaba conocer mundos desconocidos. Tras haber explorado cada cueva submarina y danzado entre corales de colores, elevó una plegaria a Dios, implorando la oportunidad de surcar los cielos y experimentar la libertad de las alturas. Dios, en su infinita sabiduría, accedió a su deseo pero a cambio de sus memorias marinas. El pez, sin dudarlo, aceptó.

Transformado en ave, se deleitó en el viento y se maravilló ante la vastedad del firmamento. Mas, con el tiempo, su corazón volvió a anhelar lo desconocido. Imploró nuevamente a Dios, esta vez, para caminar entre los hombres. Dios consintió, pero a cambio de sus recuerdos celestiales. El pez, ahora hombre, descubrió la belleza y la crueldad de la humanidad, y su corazón se llenó de tristeza y desesperación ante la destructiva relación del hombre con la naturaleza.

Exhausto y desilusionado, suplicó a Dios regresar a la simplicidad del océano. Dios, conmovido por la pureza de su lucha y aprendizaje, le devolvió su forma piscícola sin arrebatarle sus recuerdos humanos, permitiéndole conservar la sabiduría adquirida en su viaje por la existencia.

Así, el pez retornó a las profundidades, llevando consigo la memoria de sus vidas pasadas y un corazón rebosante de un conocimiento y compasión inmensurables.

«Este texto fue generado con la asistencia de ChatGPT de OpenAI.»

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